lunes, enero 16, 2006

Inundación

Todas las alarmas saltaron, el nivel de contención había llegado a un punto crítico. Sirenas y luces parpadeantes por todos lados avisaban de que las barreras no lograrían aguantar por más tiempo y la represa se desbordaría en cualquier segundo. Hubo un momento de silencio absoluto, el tiempo pareció detenerse, y el estallido llegó.
No hubo forma de detener el mar de llanto que surgió a continuación.