domingo, noviembre 19, 2006

Anorexia

Cuando todos los demás músculos de su cuerpo habían sido asimilados le tocó por fin el turno al cardiaco, que finalmente dejó de latir. Fue un proceso largo y doloroso, al menos cuando aún sentía hambre, pero valió la pena. De una u otra manera debía quedarse sin corazón.