jueves, junio 21, 2007

Mea culpa

El tono de su voz se hace cada vez más lastimoso mientras me increpa que le he fallado miserablemente; y no puedo evitar sentirme cada vez peor sabiendo que la he decepcionado y que ninguna de mis excusas sirven para reparar mi falta. Con una última mirada de desprecio y enojo se marcha dejándome avergonzado y confuso, pues de alguna extraña y retorcida forma le doy la razón, sólo a mí se me ocurre salir sin reloj justo el día que una desconocida necesita saber desesperadamente la hora.