Sangre azul
La dama mira disimuladamente al Gran Señor que le será presentado. A través del abanico estudia su silueta y ademanes. Un noble, ¡bah! Ha tratado con demasiados de esos individuos para saber que la gran mayoría son unos verdaderos barbajanes, simplemente con ropas más finas. En cuanto a lo de la sangre azul... Bueno, ha probado suficiente para saber que es una cosecha casi mítica, pero al menos estos caballeros estan mejor alimentados y más limpios que esos insípidos villanos.El noble se vuelve hacia ella, quien sonríe coqueta mientras el abanico oculta el feroz destello de sus colmillos.