jueves, noviembre 30, 2006

Ofelia moderna

Una corona de algodon oscuro flota alrededor de su cabeza mientras desciende plácidamente por las aguas de un río que perfectamente pudiese ser el Tántalo, de no ser por los neumáticos y demás inmundicias que a intervalos asoman sus siluetas, desmintiendo todo posible simil. Sus prendas, otrora hermosas, lucen percudidas y desgarradas, quizá por los obstáculos que en su camino ha ido hallando, quizá por manos de algún oscuro personaje que le atacase antes de enviarle a tan singular viaje. Sus ojos claros reflejan las estrellas de una Estigia inimaginable donde tal vez vague ahora su alma, mientras a ratos se oye un chapoteo y el siniestro clown se acerca, para comprobar que su huesped aun sigue flotando.