jueves, junio 15, 2006

Ajenjo

Tus labios saben a ajenjo, mi cruel ángel de la oscuridad. Y sigo pendiente del amargo fruto de tu boca, que me intoxica a la vez que se lleva mi razón. Tus besos que me regalas a cuentagotas mientras me desgarras a fuerza de caricias y dentelladas colapsadas lo son todo para mí. Lo confieso, me he vuelto adicto a tu presencia, a tu ausencia, al recuerdo amargo de tu pasión, ya que no le puedo llamar amor.

Y tan sólo espero que en el medio de esta locura me mates, pues ahora se que no podría vivr más sin tí.