Limbo
Era la tercera vez que le eludía, se escondía de su mirada, se burlaba de su incertidumbre. Ya había estado a punto de ponerle las manos encima y a último momento sucedía algo que le impedía alcanzar su objetivo. No pensaba permitirlo nunca más, esta vez se impondría por la fuerza y le obligaría a revelarle sus secretos.Paseó la mirada como al descuido y le localizó, se acercó a él de forma errática y por fin pudo ponerle la mano encima, antes de que lograse escurrirse. Empezó a cumplir el rito para obligarle a hablar, pero no contaba con esa última sorpresa que le indicaba que no tenía futuro: los arcanos estaban en blanco. El tarot le había condenado al limbo.