miércoles, abril 05, 2006

La bailarina de silicio

Era su mujer perfecta. Lo supo al mommento de verla sonreir. Lo supo en el momento de escuchar su risa de cristal.

Era pequeña y fragil, al menos en apariencia; dominaba varias lenguas, sabía de arte, música y literatura: Toda una geisha de última generación, acorde con llos más exquisitos gustos occidentales. Cada paso era sutil, parecía bailar eternamente.

Era una bailarina de silicio, sonriendo desde el otro lado del exhibidor, sonriendo solo para él.