viernes, marzo 24, 2006

Teléfono

Colgaste el teléfono al oir su voz, esa voz que te persigue cada día y cada noche. Aún recuerdas esa pesadilla en la que sentías reptar sobre tu piel un cuerpo frío, y cuando abrías los ojos veías al auricular hambriento de palabras, mientras una vez más su voz te atormentaba. Despertaste gritando, enredado con el cable del teléfono. Desde ese día, sólo inalámbricos.