miércoles, septiembre 13, 2006

Invocaciones

Durante diez lunas probé toda clase de hechizos e invocaciones; hice uso de magia blanca, roja y negra; pedí la ayuda de ángeles y demonios. No faltaron por convocar ni las euménides, los perros de tíndalos o las huestes del infierno. Al final, cansada de tanto fracaso, decidí recurrir al mayor de todos los males: ¡Contraté a un abogado!