viernes, septiembre 15, 2006

Requiem

Deja que te de una última caricia, que pose un beso en tus labios fríos, tal vez que busque dejar un último reflejo mío en tu mirada distante. Nada de esto tenía que haber sido así, ¿sabes? Nada de todo esto era realmente necesario. No, no era necesario recurrir a tanta violencia, y regar este final con tal amargura. Lo se, ya no podíamos ser amantes, ni siquiera amigos; demasiadas cosas nos separaban, y sin embargo...

Sin embargo, no eran necesarias esas muestras de odio y rencor por tu parte. No eran necesarios los insultos y vituperios, las calumnias, ni los gritos. Nada de todo eso era necesario, no hacia falta esa violencia. Sabes bien, querido Juan, que no era mi intención ni mi fin último lastimarte. Tal vez si tu orgullo no hubiese sido tan grande, todo esto podría haber sido distinto. ¿Tanto costaba haberme dicho que aún te dolía? ¿Tanto costaba que saliese de tus labios un "Salomé, aún te amo"?