lunes, diciembre 17, 2007

Sobre advertencia

De nada valieron las advertencias, se había quedado prendado de esa mujer de pensamiento veloz y acerada lengua. Con tal de robar un beso de sus labios habría dado lo que fuera, así que fue feliz por un instante antes de sentir la boca llenarsele de sangre. Lo afilado de su lengua le había dejado completamente mudo.